Tlaola, Pue.- Los programas sociales para el combate a la pobreza, como Oportunidades, 70 y Más entre otros son usados para favorecer a simpatizantes del gobernante en turno o para hacer proselitismo electoral, además se busca engañar nuevamente a la ciudadanía construyendo, de último momento, algunos metros de pavimentación y drenaje sanitario, con el único propósito de posicionar al candidato del PAN a la presidencia municipal de Tlaola, denunciaron vecinos.
Como en la mayor parte de los pueblos de la sierra norte la sequía afectó las actividades agrícolas de los tlaolenses, sin que a la fecha se haya informado de la instrumentación de algún programa para atender la emergencia, aunque los campesinos afirman que están acostumbrados al olvido, pues sus cultivos de plantas de ornato, chile, maíz, chilacayote y, en el mejor de los casos, café, dependen de la “buena voluntad de la naturaleza”, ante la falta de fertilizantes y otros insumos.
Al respecto, el profesor Jesús Galicia dio a conocer que es vox populi que las únicas acciones que el ex presidente en el periodo 2008-2011, Juvenal Viveros Bobadilla ejecutó al 100% fueron “la compra de terrenos para pastoreo, de casas en el estado de Oaxaca, de caballos de carreras pura sangre y cuarto de milla, de gallos de pelea, de ganado vacuno especial para engorda. Derrochando el erario a sus anchas, sin que nadie impidiera que incluso jugara apuestas con estos recursos. Por ello, para bien o para mal, la miseria y la desesperanza con la que se vive en Tlaola pesarán en el resultado de la próxima jornada electoral”.
Después de la anulación de los comicios de julio del 2010, dos candidatos repiten en este proceso: el priista Dario Flores Ramírez y el panista Victoriano Viveros Bobadilla; Convergencia participa por primera vez en esta demarcación postulando a César Picazo Romero y el PANAL es abanderado por el ex panista y ex priista Edgar Cázarez Morgado, quien ya gobernó al municipio en el periodo 2005-2008.
En tanto, el candidato panista se aferra al poder, por lo que por el momento miles de bloques de concreto son amontonados en las calles de la cabecera y en las de sus 10 juntas auxiliares. Servirán –junto con láminas, despensas, fertilizante y dinero en efectivo-, para comprar el voto de aquéllos que sólo tienen para vender su voluntad cada tres o seis años, cuando los políticos se les acercan, los saludan, les sonríen y hasta los besan, para luego olvidarse de su existencia.
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