jueves, 10 de noviembre de 2011

Por más de 15 años, Antorcha Campesina acerca el teatro a las clases populares

* En 2010, el 72 por ciento de los mexicanos invirtió en ver una obra teatral


Desde hace más de 15 años, cuando se integró la Compañía Nacional de Teatro del Movimiento Antorchista, ha recorrido cientos de poblaciones y  miles de kilómetros; además ha puesto  en escena decenas de obras teatrales, con la única finalidad de que los mexicanos de las comunidades rurales y colonias aprecien alguna obra teatral.
Desde su origen, la finalidad  fue sacar  el teatro de las alfombras rojas,  de los majestuosos recintos, de los boletos caros y trasladarlo a las plazas comunitarias, escuelas, calles, en escenarios improvisados, es decir a las clases populares. Esa fue la idea que inició Víctor Puebla, maestro de gran trayectoria en esa ciudad, pero que dedicó la mitad de su vida a cultivar el teatro para gente de escasos recursos, y lo logró.
A la fecha, la escuela que fundó Víctor Puebla conserva la esencia, sus alumnos han continuado con su trabajo, formando  grupos culturales en escuelas de colonias marginadas, que es otra parte importante para desarrollar el teatro, a través de la educación.  Y como homenaje, el antorchismo nacional  promueve el teatro en todo el país, además de que cada año, los mejores grupos participan en el Concurso Nacional de Teatro. 

Cesar  Zarate, alumno de Víctor Puebla e integrante de la Compañía Nacional de Teatro de Antorcha, recuerda de forma satisfactoria que cuando acuden a los pueblos, colonias marginadas, la gente en muchas ocasiones la única forma de pagar es con aplausos, “y de eso vivimos también”, dijo.
Está consciente de las condiciones en la que vive la gente de colonias ubicadas en  la periferia  de las ciudades, en los pueblos más alejados de los estados. “Sabemos que necesitan una vivienda, luz, agua potable, drenaje y obras, pero llevar  el teatro, también lo agradecen, es una forma de educación y la gente lo reconoce y eso es una satisfacción para nosotros”, afirmó.
Desde su perspectiva, el teatro es una forma de educación, pues concientiza a la gente, al exponer en escena  los problemas que aquejan a la sociedad, las posibles soluciones  y así las personas aprenden. Han  apreciado  obras de Moliere, de los grandes clásicos del teatro griego, comedia y drama, todos de gran calidad, impulsado por los jóvenes teatreros del Movimiento Antorchista.
* El teatro como un reflejo de los males en la sociedad
Al presentar una puesta en escena, cada obra se convierte en un reflejo de la sociedad, coincidieron Orlando Isidro Ramos, responsable  del trabajo cultural en Puebla del Movimiento Antorchista, y Oscar Ortiz Donato, integrante la  Compañía Nacional de Teatro.
“A través del teatro, estamos educando a una gran cantidad de personas, porque  cada obra es un reflejo de la sociedad, sobre las condiciones en la que vive, sus conflictos, pero sobre todo las soluciones. Que es difícil, estamos contribuyendo a educar a la sociedad”,  destacó el también primer actor.
Si bien, se desarrollan todos los géneros teatrales, uno de los más recurridos es la tragedia, considerada la madre del teatro. El  uso de este género es muy completo,  transforma al espectador cuando aprecia una obra de este tipo,  es una forma de conocer los sentimientos de cada  autor y así conocer  el sentir de la sociedad de aquellos tiempos, y que sin duda perduran.
“El teatro juega un papel  muy importante, porque logra que la gente se haga planteamientos, que siga el desarrollo de los problemas, y que, junto con los antores, llegue a un desenlace. Consideramos que esto es parte del proceso para crear una cultura en las masas”, explicó Isidro Ramos.
* Urge cambiar las políticas en materia cultural
El año pasado, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) en el marco de los festejos de los 200 años de Independencia, aplicó la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales. Los resultados  revelaron la falta de políticas públicas encaminadas a la promoción de la cultura ante los sectores más pobres.
Si bien con la aplicación de la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales se buscaba evaluar las políticas públicas en el sector cultural, e identificar las necesidades de los mexicanos para reorientar los  programas y aprovechar los recursos públicos, al fecha poco se ha hecho. 

Esta encuesta evidenció que el 72 por ciento de las personas encuestadas pagó por ver una obra de teatro. En Puebla, por ejemplo, el 68.8, en San Luis Potosí, el 42 por ciento, y las cifras más altas son en Baja California  norte con casi el 89 por ciento, seguido por Sinaloa con el 85 por ciento.

De la misma forma, el costo de los boletos supera en algunos casos los 650 pesos, según datos de la PROFECO. Aunque las puestas en escena de grupos independientes tienen un precio no menor a los 150 pesos, son las grandes producciones espectaculares las que reafirman la primera cifra.
En este contexto, Oscar Ortiz Donato consideró que las dependencias responsables, como Secretaría de Cultura, Educación Pública, las comisiones de cultura en la cámara de diputados deben de trabajar por modificar las políticas encaminadas a la promoción de la cultura. Pues, cada vez la gente de escasos recursos no puede acudir a los teatros, y los grupos  independientes no cuentan  con el respaldo ni  con la promoción necesaria.
“No estamos en contra de que se presenten las grandes producciones teatrales,  lo que consideramos es que se cambie la forma de cómo se estructuran políticas para promocionar la cultura. Las autoridades no se preocupan por invertir en  la cultura, es  necesario cambiar  las políticas, cambiar la mentalidad  de los mexicanos, que se les dé oportunidad de acudir a los teatros”,  concluyó.

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